martes, 7 de abril de 2015

Obsidiana, Piedra Maestra


La obsidiana, piedra negra de impactante brillo que nace de las entrañas de la Tierra. Es una piedra volcánica, formada por el brusco enfrentamiento de lava volcánica rica en óxido de silicio. Tiene una apariencia vidriosa y se dice que ha surgido del útero ardiente de la madre, del interior de un volcán de fuego, por ende posee la misma sustancia que está presente en ese útero, se ha formado del fluído interno de la tierra que posee información reveladora para el ser humano.

La obsidiana se considera como una de las maestras espirituales más importantes y se conoce como la “piedra de la verdad” y propicia la transformación de la conciencia. Se utiliza para mostrar la parte oscura, la sombra, constituida por limitaciones, miedos, las máscaras del ego, dolor, desamor, bloqueos emocionales, traumas, etc.

La obsidiana se revela de la manera más adecuada para quienes la usan de forma terapéutica, convirtiéndose en una guía para su proceso, por eso se le conoce como la piedra maestra.

Para los habitantes del México prehispánico, la obsidiana (llamada su lado femenimo Ixtli y su lado masculino Tezcaltipoca) tuvo notables aplicaciones medicinales, independiente de su efectividad biológica. Su utilización medicinal se debió en gran medida, a la carga de sus atributos rituales y a sus propiedades físicas espirituales.

En las culturas prehispánicas posteriores, como la Tolteca, la Azteca y la Mexica, la obsidiana está integrada completamente y de una forma sofisticada a todas las necesidades de una avanzada civilización.

Se utilizó en la fabricación de todo tipo de armas para la supervivencia, como son las puntas de proyectil, para la guerra; la fabricación de hondas, lanzadores, la porra de madera, la espada y el arco y flecha, pero también eran herramientas de trabajo las que fabricaban en forma de navajas, cuchillos, hachas y punzones. Para uso ornamental, se manufacturaron collares, orejeras, pectorales y adornos corporales. Como protección, se fabricaron con rostros de Dioses. Y para su uso sagrado, se crearon figuras especiales con diferentes propósitos que conectaban con la esencia de la piedra.

Se presume que la obsidiana fue uno de los elementos que otorgaron gran poder e importancia a la hermosa ciudad de Teotihuacán, ya que abunda este elemento en sus alrededores.

Existía una técnica terapéutica con la obisidana que conocían nuestros antepasados y que está comenzando a ser revelada en estos tiempos difíciles para ayudar a convertirnos en seres ilimitados y manifestar nuestra grandiosidad. Aunque requiere manejarse con cuidado.

En los últimos años personas que no son maestros, han mal informado a las mujeres que se pongan el huevo de obsidiana y en mi experiencia de más de 10 años, me hacen recomendar que no se use el huevo sin una guía adecuada. Desafortunadamente se ha dado la fiebre de ponérselo por horas o por días, y pacientes que he recibido o que he tenido conocimiento, han presentado hemorragias, no se pueden embarazar, sufren de dolor vaginal, entre otras afectaciones. La obsidiana es una piedra maestra que muestra el lado oscuro, las limitaciones personales, para que se trabajen, se sanen y se transformen. No es el huevo, o la esfera, o el espejo, es el espíritu de la obsidiana que guía a quienes están listos.

Lo más importante es que se inicie un proceso adecuado para comprenderla y aprender a usarla, ya que la obsidiana no puede trabajarse sola, se requiere acompañarla con las piedras de colores, para que el proceso sea de forma equilibrada, como el Yin y el Yan. Como la luz y la oscuridad.

No todas las obsidianas sirven para lo mismo, algunas obsidianas son de ornamento, otras de protección y otras terapéuticas. Así que primeramente, se requiere aprender a distinguirlas.

La obsidiana trae en su esencia el fuego de la transformación, el fuego de la madre, el fuego del espíritu. Y así como la noche revela la luz de las estrellas, la obsidiana revela la luz del Ser.


Claudia Brindis Zavala
Maestra de Obsidiana

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